Mensaje
por Shootemalf » Jue Mar 09, 2023 7:42 pm
Bis
Entro en el habitáculo. Debo agacharme ya que no hay suficiente altura para que una persona de tamaño medio esté de pie. Poso la mano sobre el asiento para ayudarme a avanzar y me siento. Exhalo. Hago un repaso mental de los controles. Levanto la mano derecha y empiezo a actuar sobre las palanquitas de los flaps y la energía. Todo en orden. Miro al frente, está lloviendo, sobre el cristal caen gotas de lluvia que van creando líneas de agua. Pongo mis manos sobre los mandos. Inmediatamente mi mente viaja a gestas pasadas. Yo y mi nave. Nerviosismo, excitación y responsabilidad se unen para crear una bomba perfecta. Otra vez la humanidad me necesita. Quedamos pocos y parece que el destino se ríe de nosotros. Arranco los motores. Su sonido me demuestra que estoy en casa. Tiro de la palanca hacia mí y siento como mi nave se eleva sobre el suelo. Cuando compruebo que tengo suficiente altura, empujo la palanca hacia adelante para acelerar la nave. Con cierto decalaje de tiempo la nave primero parece quedarse parada, para después acelerar bestialmente. Mi cabeza se pega al asiento. ¡Allá voy!